11.1.11

Ciclos económicos

Es una lástima que las oenegés tengan que depender, muchas veces, de las subvenciones. Esto ocurre cuando el colectivo al que dedican su labor no puede ser lo suficientemente productivo como para funcionar como una empresa convencional. Así, en épocas de bonanza del estado, hay dinero a expuertas que hay que gastar y justificar cada año. Aunque no haga falta, se cambia cualquier idiotez por otra que cumple exactamente el mismo papel. Si no lo haces, corres el riesgo de que al año siguiente te denieguen la ayuda por no haberle gastado a la administración el dinero que te había asignado. Si ellos tampoco lo justifican, en los presupuestos del año siguiente reciben menos partidas.
Pero en épocas de recesión (ahora llamadas crisis, que suena menos alarmante) de pronto hay que estirar los uniformes que se caen a pedazos, hay que improvisar el material educativo disfrazándolo de reciclaje y, desde la dirección se hacen malabarismos económicos para no caer en un ere. Habrá que comprarse un cinturón de David Delfin, para lucirlo bien apretado, con dignidad.

No hay comentarios:

Seguidores