Odio los anónimos

Recibí ayer un comentario anónimo a la entrada de las colonias. Aprovechaba para decirme su tendencia sexual y destrozarme el alma con su lengua venenosa, a la vez que se hacía el simpático. Por supuesto hoy, en cuanto he visto el puñal léxico entre mis omóplatos, lo he borrado. No sé cómo puede haber gente tan amargada como para soltar la flema en cualquier lugar y sin conocerte de nada y atreverse a juzgarte. Ya sabemos todos que el Mundo Real Tm no es Disneylandia (r). No hace falta que intentemos ser la china en el zapato de los demás a la primera de cambio. Hasta el resentimiento hay que guardarlo para quien se lo merece y ya estoy perdiendo demasiado tiempo con ...