Me gusta soñar con robots y androides. A veces casi deseo perder algún miembro para que me implanten un brazo como el de Skywalker en el Episodio 5. Y digo casi, únicamente porque no existe todavía esa tecnología. Robocop, los Nexus 6 ó el mismísimo Rem de la serie La fuga de Logan siempre han sido los personajes con los que me he sentido identificado.
Estar basado en el carbono me parece un límite demasiado estricto. Mañana en el concierto de Kraftwerk me sentiré más cerca de los robots que de las carnes colgantes de sus dueños.
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