
Hoy me he encontrado con una compañera de los tiempos del instituto. Como nos habíamos perdido la pista mutuamente yo no sabía que se ha dedicado a ser ama de casa desde que acabamos COU.
Cuando le he contado que trabajaba con discapacitados psíquicos, como suele sucederme, he tenido que explicar la diferencia entre alguien con la salud mental trastornada, con un retraso mental o con algún órgano disfuncional. Al final he tenido que resumirlo con las tres famosas palabras que titulan esta entrada. Podrán resultar ofensivas en determinados casos pero se hacen indispensables aún hoy en día para el común de los mortales. Aún nos queda mucho por hacer a los que trabajamos con cualquiera de los tres colectivos.
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